lunes, 18 de noviembre de 2013

La USAID mete la pata en su guerra anticubana




Un artículo publicado hoy en El Nuevo Herald, titulado “Error revela planes de Washington para Cuba” y firmado por Juan O. Tamayo, pone al desnudo serios errores detectados en el manejo de documentos que se refieren a la guerra ideológica que libran los EE UU contra Cuba. Aunque como cita el articulista, dichos documentos no eran secretos, sí ofrecen información sobre programas secretos sobre la ayuda proporcionada por el gobierno norteamericano a sus mercenarios dentro de la Isla.

La desclasificación errónea de documentos que comprometen a la USAID –conocidos por el empleo de una línea no codificada-, así como a los agentes CIA dentro de SINA. Tan garrafal error puso al descubierto la culpabilidad de la Casa Blanca para gastar 6´000,000 de USD en el entrenamiento a líderes emergentes dentro de la contrarrevolución. Pero la cosa no queda allí, las casi 200 páginas del documento constituyen un vasto historial de la intromisión clandestina de la SINA en Cuba, la selección de potenciales destinatarios de las ayudas, así como la selección de los “líderes” a formar y priorizar en su trabajo subversivo.

La USAID trató de encurdarse del error arguyendo  que su propio gobierno nunca clasificó estos documentos como secretos, lo que todavía pone sobre el tapujo el descarado accionar intervencionista contra nuestra patria. Así se justifica la tapadera de la CIA, mediante su portavoz, Karl Duckworth: “El programa para Cuba de USAID no tiene nada clasificado, nosotros simplemente llevamos a cabo los programas de un modo discreto para ayudar a asegurar la protección de todos los involucrados”

Los documentos salidos a flote demuestran cómo la USAID se encarga de reclutar emisarios para hacer llegar fondos a los contrarrevolucionarios. A su vez, la exculpan de responsabilidad alguna si dichos emisarios son capturados por las autoridades cubanas, lavándose las manos como Poncio Pilatos. Esa misma posición adoptó en el caso del sub contratista Alan P. Gross, a quien dejaron abandonado luego de ser capturado in fraganti. Este norteamericano paga las culpas de la USAID y sus propias culpas, colocando a la Casa Blanca en una posición cuestionable por permitir tales actividades violatorias de la soberanía cubana.

Lo cierto es que la publicación de la propuesta SOL-OAA-13-000110, hecha pública el 10 de julio, mediante la cual se aprobaban y enviaban esos millones para los mercenarios dentro de Cuba, no hace cosa que esclarecer la verdad: EE UU mantiene una guerra sucia permanente contra Cuba, violando la propia Ley de Neutralidad y otros convenios internacionales. 

A pesar de los intentos de la USAID por tapar el escándalo varias ONGs confirmaron ser las potenciales receptoras de estos fondos, los cuales se aportarían en partidas anuales en los próximos años.  Un aspecto esencial es usar estos fondos para subvencionar los viajes de los mercenarios viajeros para propalar su discurso político en diversos foros internacionales, con el fin de capacitarlos en las más sofisticadas técnicas subversivas. 

Lo interesante de esto es que todos aquellos que solicitaron dinero USA, casi 20 supuestas ONGs, se mantienen en la actitud de recibir esos fondos a pesar de los riesgos que pudieran contraer. De hecho, la ambición puede más que la cordura y la lucha por el dinero fácil les hace ser  arriesgados, cubriéndose en el hecho de que muchas de estas partidas son dirigidas a personas o grupos enmascarados en relativo anonimato. 

Todos los beneficiarios del dinero sucio de la USAID temen que las autoridades cubanas tengan pleno conocimiento de quiénes serán los beneficiarios de ese dinero sucio y pueda tomar acciones punitivas al respecto. En ese sentido, uno de ellos expresó: “Creemos que es posible que el gobierno de Cuba haya visto todas las propuestas”.

Ahora, desesperados, muchos contrarrevolucionarios se encuentran realmente preocupados de recibir los fondos prometidos. Temen al tumbe de dinero por los corruptos intermediarios del dinero de la USAID, cosa que ha sucedido reiteradamente. 

Este nuevo capítulo de injerencismo, guerra sucia, planes desestabilizadores y desvío del dinero del contribuyente norteamericano para ser empleado en guerras clandestinas contra otras naciones, no es nuevo. Simplemente, se confirma otra vez la verdad.


Percy Francisco Alvarado Godoy
Con información de El Nuevo Herald

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